En la parcela n º20, sector "Los derrumbes", se comenta desde muchos años atrás de las apariciones de un perro sin cabeza. El animal, se parece de repente y sigue los pasos de las personas. Dicen que este perro era el cuidador de un entierro.
También, cuentan que por allá en el año 1958, en este mismo sector, iba un señor a caballo, cuando de repente se le apareció un conejo blanco, muy blanco. Tanto le llamo la atención su blancura que decidió bajarse del caballo y seguirlo.
El conejo empezó a dar vueltas y vueltas alrededor de un montículo y cuando estaba por alcanzarlo, tropezó y callo al suelo. Cuando se levanto, el conejo blanco había desaparecido. El hombre sintió un gran miedo pues, en ese entonces no existían conejos en la isla. De inmediato, subió a su caballo y huyo del lugar a todo galope.
Al llegar a su casa, después de contar lo sucedido, se puso a pensar que podía ser, pero no encontró la respuesta. Al día siguiente, se levanto muy temprano y fue al lugar donde había visto al conejo blanco. Al llegar, se encontró con una gran sorpresa: en el montículo en que estaba una mata de chupalla, la cual avía sido arrancada, había un gran agujero. Todos dicen que ahí había un entierro y que alguien debe haberlo sacado, ya que el conejo blanco no apareció más.